Europa aprueba la norma con la que pretende liberar 150.000 millones para que los bancos presten

Vía libre al nuevo marco para las titulizaciones. El sector financiero quiere cambiar el régimen que se ha impuesto a las aseguradoras

Las principales causantes de la debacle financiera mundial ya tienen la nueva regulación que regirá sus pasos en Europa. Una década después de que el escándalo de las hipotecas subprime incendiara medio mundo y convirtiera las titulizaciones en el sospechoso número uno de todos los males, el Parlamento Europeo ha dado el visto bueno a una normativa que ha necesitado años de negociación entre las partes para salir adelante.

El resultado son dos nuevos reglamentos que entrarán en vigor el 1 de enero de 2019 y que incluyen los requisitos de capital y de retención de riesgos que deberán asumir los bancos en sus titulizaciones. Todo ello, con un doble objetivo: proteger a los inversores (y la estabilidad financiera mundial) dotando de mayor seguridad a estos instrumentos e intentar resucitar un mercado que en Europa se ha desplomado hasta casi la nada por el estigma de las hipotecas subprime.

Esta necesidad de nadar entre dos aguas es la que ha llevado las negociaciones a extenderse hasta el infinito. Como reacción al incendio en las titulizaciones estadounidenses, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea aprobó una revisión del marco regulatorio para garantizar que nada parecido volviera a suceder.

Para asegurarse de que ningún banco vendiera titulizaciones dañinas, el comité del que emana la regulación financiera mundial quería forzar a las entidades a retener un porcentaje de riesgo en cada emisión lo suficientemente elevado como para quitarles la idea de empaquetar nada peligroso en sus titulizaciones porque cualquier estallido les afectaría también a ellos.

Fuerte caída

Esta amenaza y el daño causado por la crisis secaron de raíz el mercado europeo de titulizaciones. De los más de 818.000 millones de euros emitidos en 2008 en el Viejo Continente, este año el volumen superará por poco los 200.000 millones.

Y con esa caída llegó el daño colateral. Los bancos han usado tradicionalmente las titulizaciones para sacar préstamos de su balance al empaquetarlos en un vehículo y venderlos al mercado. Con eso hacen hueco para seguir prestando; al dejar de titulizar, ese hueco dejó de existir.

La normativa aprobada por el Parlamento Europeo pretende revitalizar el préstamo de los bancos al revivir las titulizaciones. «Las previsiones muestran que si el volumen de titulización de la UE alcanzara el nivel medio anterior a la crisis podría generar entre 100.000 y 150.000 millones de euros más de financiación», asegura la Comisión Europea. Para ello, la ley que entrará en vigor en enero de 2019 es una versión suavizada de lo que pedía Basilea, aunque no tanto como para ganarse el respaldo absoluto de la banca.

«A pesar de que no todos los aspectos del reglamento nos parecen óptimos, tenemos confianza en que apoyará la recuperación del mercado de las titulizaciones en Europa, que ha sufrido una fuerte caída desde la crisis financiera», explica Pablo Portugal, directivo de la Asociación para los Mercados Financieros de Europa (AFME), la organización que agrupa a la práctica totalidad de los bancos que operan en los mercados mayoristas y en la que se encuentran Santander y BBVA, entre otros.

Aunque la normativa exigirá a los bancos cargos de capital superiores a los que han regido hasta la fecha, la subida es menor que la planteada en un principio (y que la pedida por algunos grupos del Parlamento Europeo) e incluye una novedad: la creación de una etiqueta de calidad para las titulizaciones que sean sencillas, transparentes y estandarizadas (STS, por sus siglas en inglés). Las emisiones que entren en esa categoría gozarán de un trato especial mejor que el resto, lo que, según la intención del legislador, llevará a los bancos a crear instrumentos que cumplan esos criterios, lo que reducirá el riesgo del mercado e impulsará las emisiones (y con ellas el préstamo).

Ahora, el objetivo de los bancos es conseguir que esta misma regulación se aplique a las aseguradoras, porque para que el mercado funcione no solo debe haber emisores, sino también compradores, y el sector del seguro es un inversor clave. «El próximo paso importante para las titulizaciones es la revisión de Solvencia II, porque el régimen de capital actual que tienen las aseguradoras para invertir en estos instrumentos es muy duro», adelanta Portugal.

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