La política monetaria del BCE seguirá favoreciendo este año una moderación de los tipos de interés en el crédito al consumo
Créditos, préstamos, pagos aplazados… Los españoles demandan cada vez más financiación para sus adquisiciones y esta tendencia no va a amainar este año. Alimentado por la mayor facilidad con la que se concede y por el apetito de la banca por vender un producto más rentable que otros, el llamado crédito al consumo seguirá teniendo el viento en popa en 2018, según los expertos consultados.
Los datos del Banco de España, difundidos a finales del año pasado, revelan que el volumen de nueva financiación concedida entre septiembre de 2016 y septiembre de 2017 se disparó un 20%, a tal punto que, en cantidades, el crédito al consumo ya iguala al préstamo hipotecario. Así, los consumidores encuestados por la financiera Cetelem, y que afirman haber financiado algún producto en 2017, solicitaron de media 5.897 euros, lo que supone un incremento del 24,7% respecto al año anterior. Exactamente como había pasado en 2016, la entidad especializada en este tipo de financiación del grupo BNP Paribas encontró que el producto por el que el año pasado se solicitaron más préstamos fue el coche (17,1%). Le siguieron los aparatos electrónicos (16,2%) y los dispositivos móviles (15,7%).
Mejor acceso al crédito
El crecimiento con porcentaje a dos dígitos de los préstamos de consumo que se formalizarán en 2018 será la tónica general, ya que hoy en día se capta más a un cliente por un producto de financiación que por un producto tradicional de ahorro. Una mayor oferta digital, la contratación de estos créditos en el mismo punto de venta, y un precio atractivo serán las características clave, según este experto.
Si la creación de empleo sigue como está previsto y mejoran las condiciones laborales (es decir, se revisan al alza los salarios), aumentará también la solvencia de las familias. De esta manera, será más fácil el acceso al crédito bancario, gracias a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) como el principal factor que impulsará el crédito al consumo. Aunque la entidad que preside Mario Draghi haya reducido la cuantía mensual de la compra de bonos, el BCE no tiene previsto llevar a cabo ninguna subida de tipos de interés, por lo que seguirá facilitando liquidez a muy bajo coste a las entidades europeas. Esto favorecerá a la oferta de crédito, ya que un mejor acceso a la liquidez por parte de los bancos implica menos dureza a la hora de conceder financiación a familias y empresas.
¿A quién benefician los bajos tipos de interés?
El bajo coste del dinero tiene un efecto doble, indican los expertos. Por un lado, hace que los tipos de interés que se aplican en los créditos al consumo disminuyan, confiriéndoles así más atractivo. Una tendencia que esperamos que se mantenga en 2018. Según otra de las entidades financieras especializadas en consumo, Cofidis, aunque el BCE se decantara finalmente por subir los tipos, esto no afectaría mucho a la financiación al consumo, debido a la alta competitividad de este mercado.
Por el otro lado, esta misma política del BCE empuja los bancos a apostar mucho por ofertar este producto. En los últimos años los márgenes de beneficios de las entidades financieras se han reducido, por lo que se centran en la comercialización del crédito al consumo, con un tipo de interés medio que ronda el 6% frente a, por ejemplo, el crédito hipotecario, que debido a que el euríbor presenta una tasa de interés negativa, ronda el 3%.
Más operaciones ‘online’
La oferta de créditos al consumo se hará incluso más común, en opinión de la directora de marketing de Cofidis, Carolina de la Calzada. Los retailers de comercio electrónico seguirán demandando servicios de financiación y algunos de ellos u otras empresas tecnológicas pueden convertirse también en empresas financieras, prevé esta responsable de la entidad, quien agrega que las operadoras del sector deberán invertir más en la contratación online. Una reflexión en línea con los conceptos en los que insisten las fuentes consultadas de Cetelem: El incremento en el uso de la financiación no se da sólo en la tienda física sino también en las compras por internet, por lo que todos los agentes tienen que ofrecer sobre todo rapidez, agilidad y 100% digital.
Los consumidores piden comodidad y una buena experiencia digital, pero tendremos que saber aumentar la facilidad para los usuarios y, al mismo tiempo, desarrollar medidas de seguridad que eviten el fraude, y del peligro vinculado con la posible falta de solvencia de los clientes. Tenemos que mantener unos criterios de riesgo rigurosos para evitar un eventual repunte de la morosidad. En este sentido, resulta clave conocer la cartera de usuarios mediante técnicas de big data, para controlar el riesgo y a la vez ser ágiles en la oferta, remata el responsable de hipotecas y financiación al consumo de Deutsche Bank.