Escoger la cuota de tu préstamo personal para ahorrar

Después de comparar en diferentes entidades, buscar el mejor préstamo personal y negociar con el banco para conseguir alguna ventaja adicional hay un error que muchas personas cometen al contratar financiación y que hará que todo el trabajo anterior para conseguir créditos al mejor precio no sirva para nada: elegir una cuota demasiado baja.

Es normal que al contratar financiación se elija una cuota que no ponga en compromiso la estabilidad financiera, sin embargo, escoger una demasiado baja puede suponer pagar de más. Y es que, cuanto más baja sea la cuota mensual, más se alargará el tiempo de reembolso y, por ende, más intereses se generarán. Lo ideal para pagar lo mínimo en intereses es acortar el plazo lo máximo posible a costa de asumir una mensualidad más alta.

Así, un crédito de 10.000 euros al 8,5 % a devolver en 5 años generará 2.309 euros en intereses, con una mensualidad de 205 euros. El mismo crédito con los mismos intereses, pero a reembolsar en 3 años generará 1.364 euros en intereses con una cuota mensual de 315 euros. Con un crédito con condiciones idénticas, simplemente modificando el plazo de devolución, los intereses generados varían casi en 1.000 euros, una cantidad que puede ser mayor o menor según la financiación que solicitemos y el plazo.

Es importante encontrar el equilibrio entre el plazo más corto posible con una cuota que nos permita mantener nuestro nivel de vida normal, sin hacer grandes sacrificios para poder llegar a pagar la mensualidad.

Cómo saber cuánto deberías pagar

Una buena forma de encontrar este equilibrio en la cuota a pagar es a partir de la regla de la “capacidad de endeudamiento”. Esta hace referencia al porcentaje de ingresos netos que se deberían destinar al pago de los préstamos personales vigentes – más los intereses – sin comprometer tu equilibrio económico.

Los expertos coinciden en que no se debería dedicar más del 35 % o 40 % – como máximo – al reembolso de todas las deudas vigentes en conjunto (créditos al consumo, hipoteca, tarjetas de crédito, etc.). Por esta razón, es importante que la cuota que se escoja no supere este porcentaje para tener cierta flexibilidad económica en el caso de que se tenga otro tipo de deuda.

Así, tomando como referencia el salario medio en España durante el año pasado, 2.188 euros mensuales, no se debería dedicar más de 766 euros al reembolso de los créditos vigentes, lo que nos dejaría 1.422 euros para el resto de los gastos mensuales.

De todas maneras, esta regla se debería seguir a nivel general, cada situación personal es única y se deben tener en cuenta otros tipos de gastos mensuales así como la situación económica de cada persona y el nivel de ingresos. De esta manera, una persona que tenga un sueldo superior puede permitirse pagar una cuota más elevada al 35 % de sus ingresos ya que el capital restante será superior, que le permite vivir sin problema. Por el otro lado una persona que cobre una retribución menor deberá rebajar su cuota mensual hasta un nivel que le permita reembolsar sus deudas sin comprometer su estabilidad financiera.